Los mercados de inversión son tan cambiantes que de un día a otro el tema de conversación puede variar. Solo basta con ver cómo hasta hace unas semanas se analizaba la posición de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre el Tapering y la inflación para hoy hablar sobre la aversión al riesgo.
Materias primas, metales, petróleo y más pueden darnos indicios sobre si la aversión al riesgo está de vuelta en el mercado y los inversionistas. Aquí trataremos de evaluar cuál es la posibilidad de que el enfoque de los mercados cambie hacia uno más precavido.
La aversión al riesgo es posible y real
Si analizamos el mercado, sobre todo el estadounidense podremos ver que la recuperación no está siendo como se esperaba. Esto debido a que la inflación sigue estando en máximos históricos mientras que los datos sobre desempleo no son tan alentadores.
Si a esto le sumamos las tendencias actuales relacionadas con el conflicto que vive Rusia y Ucrania, así como las sanciones, precio del petróleo, entre otros factores, la situación parece no tan favorable. A mayor riesgo, mayor precaución al invertir y por tanto, mayor aversión al riesgo.
Aún no hay una tendencia clara
La renta variable de Estados Unidos es uno de los indicadores más fiables en cuanto a analizar la aversión al riesgo se refiere. Al revisarla hemos notado que los índices se han alejado de sus máximos, pero no tanto como para mostrar un cambio en la tendencia.
De hecho, los índices más pequeños como el Russell 2000 son los que más se han visto afectados con una desviación de sus máximos de alrededor del 8%. Los índices más grandes como el Nasdaq 100 y el S&P 500 se han logrado mantener estables gracias al efecto de las grandes empresas tecnológicas.
Revisando los principales índices de Estados Unidos, estos no muestran cambios claro sen la tendencia, si acaso, modificaciones en la media. Esto hace que, de cierta forma, el mercado se tranquilice y no cambie su perspectiva hacia una aversión al riesgo dramáticamente.
Estos índices sin la influencia o con la influencia suavizada de los valores de crecimiento, parecen estar en una formación superior. Así que de momento podemos decir que la aversión al riesgo es una posibilidad no tan enorme ni evidente, pero que ahí se mantiene a la expectativa.
La aversión al riesgo por sector
Los sectores que mejor se comportaron durante la deflación son los que mayores caídas han sufrido durante este periodo. Es por eso que encontramos que en segmentos como los metales y la energía tenemos una caída de casi el 20%, 18% para ser exactos.
Los materiales básicos, así como segmentos como el de defensa y el aeroespacial también han experimentado una caída del 12%. El sector financiero es de los menos afectado scon un 9%. Esto puede ser uno de los motivos por los cuales el concepto de aversión al riesgo ha venido a la palestra.
Aversión al riesgo en DXY y oro
Existe un riesgo en el DXY pues si bien este ha tocado máximos durante abril, el oscilador muestra que este máximo está lejos del máximo que alcanzó el año pasado. De hecho, se corre el riesgo de que el movimiento se agote.
Por otro lado, el oro parece tener un gráfico más saludable, aunque al igual que el DXY, aún no ha tomado una dirección definida. Es probable que el oro pronto se estabilice en un rumbo pues aquí la aversión al riesgo no suele ser tan grande, ya que se considera un activo de seguridad.
Conclusiones
A pesar de que la situación es adversa pues el mercado no atraviesa su mejor momento y los inversionistas no se encuentran tan optimistas, la aversión al riesgo aún no hace acto de presencia. Se escucha hablar y recorre como un fantasma, más no tiene injerencia directa.
Por el momento se espera que haya algunos cambios y ajustes en el mercado con una debilidad clara, más no se espera un cambio directo de dirección. Es por eso que no podemos decir que la aversión al riesgo está presente del todo, pero sí vale la pena mantenerla en observación.
Preguntas frecuentes
¿Qué es la aversión al riesgo?
La aversión al riesgo es un rechazo o un desagrado a tomar riesgos a la hora de invertir. Esto quiere decir que los inversionistas optan por activos y productos mucho más seguros o que implican menor riesgo, aunque también menos rendimiento.